viernes, 20 de septiembre de 2013

“Peinetawoman y el Buque Fantasma”

Me encontraba sobrevolando el estrecho de Gibraltar en busca de supervillanos cuando, al pasar sobre Cádiz, ví un gigantesco buque junto al que se estaba desarrollando una escena macabra. Con mi supervista pude realizar una fotografía, que acompaña este texto, en la que se ve a la maligna Peinetawoman, alias “Lasofi”, haciendo entrega de una bandera de combate a un militar, de punta en blanco, que arrodillado le repetía “Give me more, give me mooore…” Mi superoído pudo distinguir entre los acordes de un pasodoble marcial la viril voz de Peinetawoman, con su inconfundible acento germánico, arengando al guerrero con la pamplina de que aquella enseña que simbolizaba “la unidad e integridad territorial de España” era “"reflejo de un gran país que sigue avanzando hacia el futuro con la determinación de superar cualquier dificultad", cualquier voluntad de sus habitantes, añadiría yo. Añadiendo topicazos bestiales como que Cádiz era “una ciudad forjada en numerosas gestas heroicas y vínculo imprescindible durante siglos con las naciones hermanas de otros continentes", Hermanadas a son de arcabuz y espadazo y andanadas de galeones, que entonces aún no se habían inventado los portaviones, añadiría yo. 
 
"Dame algoooo, Peinetawoman, que triste es de pedir pero más triste es de estafar a todo un país, y nos da igual"

Cuando creía que nadie, aparte de aquella cuadrilla de militares y ministros que la rodaban podía oírla, Peinetawoman se regodeaba en el hecho de que aquel portaviones era, con sus 26.000 toneladas, el mayor buque de guerra jamás construido en España. Esto lo dijo en un tono más bajo, previniendo que alguna persona pudiera oírla y se escandalizara del hecho cuando el Gobierno español está procediendo a los recortes más bestiales en asistencia social, sanidad, educación y cultura que jamás, tampoco, se habían producido nunca antes en España, aparte de durante la dictadura del supersuegro de Peinetawoman, claro.. 

El aquelarre nacional-católico-militar-monárquico terminó con Peinetawoman y el Almirante bailando un chotis que finalmente debió ser interrumpido ya que las risas espasmódicas que sufrió Peinetawoman al final de su discurso le impidieron seguir correctamente el ritmo de la danza. Pudo deberse a su alusión, para rematar la faena, de que aquella máquina de guerra, con el alias de su marido, aparte de para matar y forzar voluntades podía servir para realizar “misiones humanitarias”. 

Yo preferí escapar de allí en lugar de entablar desigual combate con aquel Buque Fantasma, que le dicen Buque de Proyección Estratégica en lugar de portaviones, no se sabe ni se sabrá lo que ha costado, y lleva el nombre de Juan Carlos I, e informar así a mis esforzados lectores.

Más info, pero tampoco tanta, en: http://www.ateneadigital.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_14823_ESP.asp

El Increíble Capitán Euzkadi 
Salud y República vasca

jueves, 20 de septiembre de 2012

Antología abertzale I: Carta al rey Juan Carlos de un nacionalista visionario


 "El Estado vasco no es una quimera. Ha nacido y vive en nosotros. En nuestro pueblo hay ya grandes núcleos de hombres, muchos de ellos con categoría de representación popular en las organizaciones de Gobierno del País, a los que solo guía el enérgico mandato de los intereses de la Patria. Y cuando en un pueblo, con pleno conocimiento de sus derechos nacionales étnicos e históricos, brota, como germen de vida, el anhelo de darles satisfacción jurídica, han nacido ya los primeros rudimentos del Estado. Educar a éste con ideas de gobierno para lo futuro, he aquí la mayor y más primordial labor del Nacionalismo Vasco. (...)" 
Ramón de la Sota y Aburto, en "Nación Vasca", nº 5, Buenos Aires, 9 de mayo de 1924.

Juan Carlos I (¿y último?) escapando de una quimera


jueves, 6 de septiembre de 2012

Los Niños Perdidos


La orfandad es, sin duda, una de las mayores desgracias que pueden acontecer a los seres humanos. Y no solo en la etapa infantil. Cuando somos adultos necesitamos, también, el referente de los que nos precedieron, de nuestros orígenes.

Patxi, Oskitar, Peiotxo, Pernandito, Martintxu y Laurita
Pasa con las personas y pasa, también, con las organizaciones políticas. Especialmente con las que provienen de escisiones de otras. En nuestro País, el caso más claro es el del autodenominado MLNV, escisión del PNV en los tiempos de los movimientos revolucionarios marxistas de los años 60 del siglo pasado. Siempre debieron justificar su aventura negando cualquier mérito o bondad a aquellos de los que se escindieron.


Y pasado el tiempo, siempre han buscado sus antecedentes en cualquier sitio menos en su auténtico lugar de procedencia. Una época les dio por ANV, un partido republicano vasco que ni era de izquierdas y que tenía un perfil nacionalista vasco muy bajo. La poco numerosa muchachada de Euskadiko Ezkerra hubiera tenido bastantes más argumentos para arrogarse esa paternidad.


Original
Copia

Ahora, en un esfuerzo patético, pretenden ser la continuación del primer Lehendakari José Antonio Agirre. Precisamente, uno de los políticos vascos que más se distinguió, en el mar de odios que fue la última guerra civil, por humanizar el conflicto y evitar los crímenes y los asesinatos. 


Darían risa asomados al balcón del Hotel Carlton donde tuvo su sede el primer Gobierno vasco, si no dieran pena. Son los Niños Perdidos. Que vuelven a la casa del padre, después de su fracasada aventura de muerte, sangre y destrucción. Ojalá que se les quede algo del espíritu humanitario y civilizado, sacrificado y nacionalista vasco del Lehendakari José Antonio Agirre. 

Estoy seguro que todos saldríamos ganando.

El Increíble Capitán Euzkadi
Salud y República vasca

jueves, 16 de agosto de 2012

Los Esclavos felices = Los Dependentistas


Yo que nací y me forjé como superhéroe en el contexto de la guerra civil y la II Guerra Mundial he padecido desde siempre los argumentos dependentistas, para justificar la administración española y francesa de los territorios vascos, augurando las mayores calamidades en la circunstancia de que los vascos pudiéramos ejercer nuestra soberanía.

Desde España, concretamente, siempre se han vaticinado catástrofes políticas, humanitarias, económicas y hasta climatológicas en el caso de que los vascos rompiéramos nuestros vínculos administrativos con nuestros amos del sur.

Tener que “comer hierro”, incluso después de inventado el comercio, era una expresión muy utilizada por quienes nos han hecho comer plomo y fuego.

Para los dependentistas, a la españolísima tutela debíamos deber todas las bondades que la Providencia nos permitía: desde el buen tiempo hasta las vacaciones estivales y las pagas extras…

Yo intentaba recordar cómo el Estado español nos había enviado médicos para curarnos de nuestras enfermedades y técnicos para enseñarnos a trabajar, crear industrias y empresas. Cómo nos habían mandado ayuda en caravanas con medicinas y alimentos para que pudiéramos sobrevivir en nuestras estériles tierras. Pero no había manera. Solo recordaba que nos hubieran enviado maestros con “anillos”, funcionarios estatales, policías y militares. Casi, casi… nada bueno.

Hoy más que nunca es evidente que el infierno que nos presentaban caso de llegar a ser los vascos independientes no existe. Y si algo se le parece es quedarnos atados a la España, que, en el mejor de los casos, como diría Machado, se aburre y bosteza. Y en el peor, se corrompe y estafa, no produce y se adeuda.

Sólo los más recalcitrantes esclavos felices, los más obcecados dependentistas, lo más granado de la colonia española en nuestra tierra (y con los cambios antidemocráticos que se avecinan, fuera de ella), pueden seguir defendiendo que lo conveniente y prudente es seguir amarrados al nefasto reino español, que se hunde irremisiblemente por culpa de sus propios vicios, estructuras y problemas. Sólo los fanáticos ahora, los “que se dejan llevar por ensoñaciones políticas”, los irrealistas, pueden defender en 2012 la dependencia de España.

Sea para ellos mi más compasivo saludo y mi estímulo, que, caso de que se proclame, de una vez, la República vasca, para bien o para mal, caso de necesitarla, siempre tendrán a España bien cerca.

El Increíble Capitán Euzkadi

Salud y República vasca

martes, 24 de julio de 2012

Supervillanos Antiestéticos


Si la cara es el espejo del alma, el cuerpo entero, no digamos… Aquellos que en nuestro país se dejaron llevar por el odio y la violencia, … Gollum, Gollum… como el personaje tolkiano acabaron transformando su aspecto con un look repugnante.

Esto les distingue, y lo llevan con una entereza digna de mejor causa. Desde los “cortes” de pelo hasta todos los complementos, foulards, palestinos, makutos, botas, sudaderas, mallas (no de superhéroes)... todo parece destinado a ocultar cualquier belleza de que pudiera haberles dotado la naturaleza.

La ausencia de sentido del ridículo y de la estética les ha permitido incluso ponerse txapelas negras encima de capuchas blancas para sus más ceremoniales ruedas de prensa.

Yo tengo la secreta esperanza de que, además de dejar de usar la violencia, emitan un día un comunicado en el que anuncien que van a acabar vistiéndose de forma que les favorezca.

El camino no será facil, estoy seguro. Pero espero que algún día los Supervillanos Antiestéticos desaparezcan. Para muestra un botón. La foto de la toma de posesión del nuevo “responsable” de Medio Ambiente en la Diputación de Gipuzkoa. ¿El antes y el después?

Nombramiento de Iñaki Errazkin (foto Deia). ¡Ay mi toritoooo, mi torito bravooooo!

Algunos de los superborrokas mantienen en la ceremonia tradicionales atuendos. Chaquetilla vaquera y zapatillas deportivas al fondo, como diría Pedro Navajas “por si hay problemas para ir volao”. Y el “homenajeado” luce una lamentable camisa curra, remangada y sin meter en el pantalón y, como especial complemento, dos espectaculares manchas de sudor en las axilas, que serían la envidia del antiguo entrenador de la españolísima selección de futbol señor Camacho. Junto a esta piltrafa, dándole la mano y hecho un pincel, el actual diputado general, con corbata y traje a medida.

¿Que quieren decir el atuendo, la compostura y la actitud del “homenajeado” de la foto, mal vestido, desaseado y desaliñado? ¡Que no hay respeto! No hay respeto a la institución, la Diputación de Gipuzkoa, ni a los gipuzkoanos, para los cuales debería empezar a trabajar. Va “sobraíto”, como la mayoría de los de la “tribu”. Eso sí, si un día, por designación, le toca ir a presentar sus respetos al rey español, se pondrá traje y corbata, como hizo Jon Idigoras. Al pueblo no, pero estos “revolucionarios” a los poderosos sí les respetan.

El Increíble Capitán Euzkadi
Salud y República vasca

lunes, 23 de julio de 2012

Teo "Jetadecemento" Uriarte. Otro Etarra “bueno”

Los supervillanos conversos me persiguen. Como comentaba recientemente, acababa de asimilar la “Biografía patriótica”-homenaje que la corte de los milagros ha dedicado a Don Mario Onaindia, con nada menos que “Patxi” López en uno de sus últimos actos como FakeLehendakari encabezando la procesión y me desayuno con otra hazaña de otro etarra “bueno”. Nada menos que don Teo, que tiene como su principal superpoder, no el volverse de fuego como la Antorcha Humana, o de hielo, como Estela Plateada, sino el de poder convertir, a voluntad, su jeta en puro cemento.

Esta habilidad la ha vuelto a demostrar en su columna del pasado 17 de julio del diario monárquico-socialista “El País”, donde los etarras “buenos” son legión, y que ha titulado “Regeneracionismo”. En ella habla de otro libro imprescindible sobre la ETA, más que nada porque le habrán entrevistado a él y lo han hecho amiguetes de amiguetes en la UPV,  y publicado, cómo no, por una prestigiosísima editorial madrileña: “Sangre, votos, manifestaciones. ETA y el Nacionalismo Vasco Radical (1958-2011)”. (Lo de Nacionalismo Vasco, cuando hablamos de ETA, que se vea bien).

Y va el pollo y nos larga a todos los demás una filípica sobre lo necesario que es leerlo para no volver a cometer los mismos errores. ¡Serás tú cantamañanas! Memorízalo, ponte de rodillas y sostén cuarenta ejemplares en cada mano extendida durante una cuaresma. 

Los que nunca hemos utilizado un arma más que en las barracas de feria no necesitamos tu cínico consejo. Los que os dijimos siempre que la violencia no iba a solucionar nada a los gallardos que os dio por arreglar el mundo con pistolas y bombas, y muerte y miseria, no deberíamos tener que padecer ahora tu estulticia y tu desvergüenza, para tener el papo y la caradura de avisarnos que matar a la gente está muy feo. ¡Ya lo sabíamos cara sapo! Para saber eso no necesitamos leernos ese universitario mamotreto.

Que tengas lo que mereces, si es posible, Supervillano converso Teo "Jetadecemento" Uriarte, te desea, sinceramente

El Increíble Capitán Euzkadi

Salud y República vasca

jueves, 19 de julio de 2012

El Doctor Paco y su Euskotontómetro

Otro supervillano que nos vino de Asturias y nos quiere decir cómo nos tenemos que portar los vascos es el inefable Doctor Paco. Como no tiene superpoderes, se inventó el Euskotontómetro, que sirve para medir hasta qué punto los vascos somos tan tontos como para creernos sus mentiras.

Empezó, poquito a poco, pero en seguida se le vieron maneras y en la UPV muy pronto le hicieron Supercatedrático. Aplicaba su Euskotontómetro antes y después de las elecciones. Antes nos decía que los vascos vamos a votar a partidos muy bonitos y muy españoles. Como luego eso no pasaba, se liaba con las cuentas de la vieja, a ver si le salía demostrada su teoría de que el nacionalismo vasco iba a desaparecer e iba a aparecer una raza de superciudadanos que solo votarían partidos modernos, constitucionalistas y españoles.
El malvado Dr. Paco y su Euskotontómetro

Pero al pobre Doctor Paco la realidad siempre le dejaba en ridículo a su Euskotontómetro y a sus “tonteorías”. Terminó asegurando que, bueno, que igual era verdad que el nacionalismo vasco era mayoritario, pero que los que le habían votado se habían arrepentido nada más hacerlo. Cosas así...

Para acabar de fastidiarle sus “tonteorías” de las dos mitades, la suya la buena y la otra la mala, cada vez se demuestra más claramente que de eso nada, y que los patriotas constitucionales que votan a partidos nacionalistas españoles están más cerca del tercio o el cuarto que de otra cosa. ¡Si para matarle del disgusto, por primera vez, el 20 N pasado, los partidos nacionalistas vascos sacaron más escaños en unas elecciones a las cortes españolas!

Pero el Doctor Paco es un Supervillano mal perdedor. Fracasado su Euskotontómetro, ya se está apuntando a otra nueva y espectacular “tonteoría”. Por culpa del nacionalismo vasco, no solo por la ETA, como todos los nacionalistas vascos miraban mal a los españoles, cientos de miles de ellos se tuvieron que marchar de Euzkadi, y ahora los nacionalistas vascos ganan por eso.

Si no ha sido suficiente con la “marcha verde” española a Euzkadi, con traer miles y miles de funcionarios policiales, militares y de todo tipo, que votan nada más bajar del coche, la furgoneta o el blindado, hay que hacer que voten también los que alguna vez estuvieron en Euzkadi y se fueron. ¡Claro que sí! ¡Democracia a la española! Apunte usted también a los que hicieron turismo y se bañaron un día en la Concha. Y a todos los camioneros que alguna vez usaron la Nacional 1, que para eso la llaman Nacional.

¡Y no se quede ahí, Doctor Paco, no sea mariacomplejado! Que lo suyo no es nacionalismo étnico, que es cívico, como el de los croatas y los rusos, que es del bueno. ¡Que voten en las elecciones vascas todos los buenos españoles, los que se fueron, y los que nunca vinieron! ¡Que hubieran venido si no hubiera sido por que se asustaron pensando en que los malvados vascos les iban a mirar mal ¡Y ya puestos, que no puedan votar los vascos, que no están maduros para comprender las ventajas de la españolidad. ¡Y ya podría usted tirar el Euskobarometro a la papelera! ¡Y dejar de hacer el ridículo! ¡Y de avergonzar a los estamentos que se suponen científicos¡ ¡Y dejar de ser el sociólogo torero! Condecorado, eso sí, por sus inventos. ¡Democracia a la española, primero la orgánica y ahora esta! ¡Olé y olé y olé!

El Increíble Capitán Euzkadi


Salud y República vasca