jueves, 5 de julio de 2012

El Correo español: 75 aniversario de un periódico “centenario” (1ª parte)


Para que fuera posible una dictadura como la franquista no era suficiente con un dictador que dictara.

Hicieron falta militares que se hicieran con el poder, y lo mantuvieran, por la fuerza y la violencia. Policías que asesinaran, torturaran, robaran y aterrorizaran. Jueces y fiscales, gobernadores y alcaldes, que organizaran y administraran la injusticia. Obispos que la consagraran y justificaran. Maestros y profesores que maleducaran, adoctrinaran y engañaran. Periodistas que hicieran propaganda del régimen, ocultaran la verdad y mintieran…

Esto lo sabían muy bien, desde un principio, los que se rebelaron contra la Democracia en 1936. Todos los elementos citados eran necesarios para conseguir sus objetivos y mantener la Dictadura que instauraron. Si cualquiera de ellos fallara su proyecto totalitario podía fracasar.

Por eso tuvieron siempre un especial cuidado en utilizar todos lo medios “informativos” a su alcance para manipular la verdad y propagar su doctrina fascista. Y cuando digo “a su alcance”, quiero decir exactamente eso.

Cuando, ahora hace 75 años, ocuparon Bilbao y el resto de la Bizkaia que se mantenía leal a la República, no solo se hicieron con la industria que no había sido destruida, como tantas veces se recuerda. También se hicieron con los medios de comunicación. Mauser y pistolas en mano, entraron en las redacciones e imprentas de los periódicos democráticos para detener o asesinar a cualquier periodista que encontraran, pero, sobre todo, para utilizarlas en su campaña.

Nació así, precisamente y para más “Inri” en los locales donde se publicaba desde hacía más de veinte años uno de los principales periódicos vascos, el “Euzkadi”, un nefasto 6 de julio de 1937, “El Correo español : Diario de Falange Española Tradicionalista y de las JONS.”.

¿Sus objetivos? Los de los sublevados. Colaborar en la guerra, aumentando la moral de los rebeldes y minando la de los defensores de la Democracia, utilizando la mentira como principal recurso. Ayudar en la retaguardia en la imposición del terror sobre la población en la zona ocupada por los fascistas, eufemísticamente “liberada”, en especial haciendo públicas las listas de los apresados, condenados y ejecutados. Hacer propaganda de la ideología fascista. Y construir el culto al líder de aquella masacre, el “generalísmo” Francisco Franco:

El 30 de septiembre de 1937, un día antes del “Día del Caudillo”, festividad que le faltó tiempo para instaurar al año de su proclamación por el resto de generales sublevados como Líder - Jefe supremo o de Estado – Dictador o lo que fuera, publicaba el diario: 
La conducta ejemplar del Caudillo. La conducta del Caudillo a lo largo de nuestra Cruzada por Dios y por España, es uno de los más altos valores del Movimiento nacional. Si el generalísimo Franco no tuviera por merced del Cielo y para fortuna de la Patria tan excelsas dotes de inteligencia, de cultura, de voluntad esforzada, de serenidad magnífica ante las situaciones más complejas y difíciles; en suma, cuanto condensa la personalidad privilegiada del Caudillo, bastarían para asegurarle supremacía suprema entre todos los españoles y para atribuirle autoridad máxima, su conducta y su moral cívica, verdaderamente ejemplares…” El papel lo aguanta todo y, para vergüenza ajena, también lo conserva.

La prohibición de todos los periódicos democráticos o independientes supuso, por otra parte, que la oferta periodística resultara excesiva para los lectores de derechas que había en Bizkaia. “La Gaceta del Norte”, “El Pueblo Vasco” y “El Correo Español” eran demasiados y las “autoridades” decidieron en abril de 1938 concentrar esfuerzos, obligando al rotativo “El Pueblo Vasco”, de propiedad familiar, a integrarse en el diario fascista. De que “El Pueblo Vasco” resultó absorbido por “El Correo Español” no caben dudas, tanto por el hecho de que su nombre, menos simpático a todas luces para las “autoridades”, apareciera posteriormente al del nuevo diario como porque, tras la “fusión”, se continuara la numeración falangista.

La despedida de “El Pueblo Vasco” no dejaba tampoco lugar a dudas en su número 8.326, del 12 de abril de 1938. “En una España unida y en orden, se necesita una Prensa poderosa pero no numerosa”.

Así pasó a titularse el periódico franquista “El Correo Español – El Pueblo Vasco : Diario de Falange Española Tradicionalista y de las JONS” desde el 13 de abril de 1938. Una cuestión nominal que no supondría mayor cambio ideológico y práctico, excepto para los propietarios y redactores del fenecido “El Pueblo Vasco” y no tendría mayor importancia hasta tiempos posteriores.

Continuará mañana... 

Salud y República vasca

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