El diario continuó su labor militante de defensa y promoción de la
Dictadura, el falangismo y el fascismo. Vio caer a las dictaduras hermanas de
Alemania e Italia de las que glosó sus éxitos y lamentó sus fracasos hasta el
final de la II Guerra Mundial, y se acomodó, como su Caudillo, a todos los
cambios y nuevas situaciones, con especial maestría. En esto el diario fue
siempre significativamente franquista.
Siempre militante y decidido puntal del régimen, en la vanguardia
del franquismo. No eran un grupo de esforzados periodistas que no podían
publicar otra cosa que lo que las “autoridades” les permitían, como en su
“leyenda blanca” quieren presentar sus sucesores, y cuya vocación literaria no
les dejaba otra opción para poder ver sus letras impresas. Fue un decidido
grupo de falangistas, fascistas y franquistas que colaboraron con la Dictadura
todo el tiempo que duró, tan necesarios para su mantenimiento como los
militares, policías, jueces o fiscales del régimen.
Director de un periódico fascista enseñando orgulloso su portada |
Como muestra un botón: El 8 de junio 1950 el titular de su portada era: “Las naciones
que comulgan con la verdadera fe no pueden hacer concesiones al error. Por el
portillo abierto por la política liberal entraron en España, la Enciclopedia,
la Masonería, las leyes descristianizadoras y el peligro comunista.” El diario, que tras los cambios internacionales viraba del
fascismo y falangismo al nacional-catolicismo, justificaba la Dictadura y
atacaba la Democracia con el siguiente símil bíblico:
“(…) Esa
opinión pública que no cuenta con los votos de las generaciones y que se cree
en todo momento dueña de los destinos de un país quedó definitivamente
deshonrada en las páginas del Evangelio, cuando aclamó al Hijo de Dios el
Domingo de Ramos y pidió la crucifixión el Viernes Santo, luego de haber
libertado a Barrabás en aquella horrenda votación preliminar.”
Quedaba así magníficamente compendiado el ideario
nacional-católico. El pueblo nunca es soberano ni tiene nunca derecho a decidir
sobre lo que los totalitarios esencialistas interpretan que es una realidad
secular y de muchas generaciones. Como el pueblo es voluble y caprichoso, y se
equivoca, hasta extremos de preferir a Barrabas a Cristo, o una república
democrática a una monarquía corrupta, un estado laico a otro confesional
católico, para eso están los salvapatrias, militares, jueces o periodistas,
para decidir por ellos. Preocupa considerar hasta qué punto este ideario ha
podido sobrevivir a la propia Dictadura.
Como el robo y la violencia sobre el que se fundaba su nacimiento
no resultaban demasiado ejemplares, pronto el diario se olvidó de sus orígenes
y “pecado original” y a los 23 años de aquel momento ya tuvieron la feliz idea
de conmemorar nada menos que sus bodas de oro, festejando en un número especial
su ¡50! aniversario, haciendo suya la fundación del vampirizado “Pueblo Vasco”
en 1910. Para que a la “broma” no le faltara un toque sentimental y que diera
alguna “pista” de la verdad, como hacen a veces los criminales inconscientemente,
este ejemplar se publicó el 19 de junio de 1960, aniversario, este sí real, de
la “liberación” de Bilbao, que era como titulaban y celebraban los sublevados
contra la democracia en 1936 a la ocupación militar de esta ciudad.
Cincuenta años después, cómo no, celebraron el “centenario”. Yo,
gracias a mis superpoderes, puedo ver con claridad que no llegará a cumplirse
el centenario real de “El Correo Español”, el 6 de julio de 2037. Pero no
quiero dejar pasar la ocasión de su auténtico 75 aniversario, este 6 de julio
de 2012, para señalarlo, en honor a la verdad, y a todas las personas a quienes
entre tantos padecimientos hubieron de añadir el que les fuera ocultada,
durante la larguísima Dictadura franquista, por este diario “centenario”.
El Increíble Capitán Euzkadi
Salud y República vasca
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